En esta entrada intentaremos saber en qué consiste la infección por Helicobacter Pylori y cual es su mejor tratamiento.
¿Qué es el Helicobacter pylori?
El Helicobacter pylori es una bacteria habitualmente localizada en el estómago. Es una causa frecuente de úlceras gastroduodenales, y se calcula que está presente en más del 50% de la población mundial. Su infección es infrecuente durante la infancia y adolescencia.
Factores de riesgo para la infección por Helicobacter pylori
Se desconoce con seguridad la vía de transmisión, pero ésta se realiza probablemente a través de comida o agua contaminada con materias fecales. Esta bacteria una vez ingerida coloniza el estómago y el duodeno. Esta colonización produce una inflamación crónica en las paredes del estómago (gastritis) o del duodeno (duodenitis). Esta inflamación puede incluso generar úlceras gástricas o duodenales.
¿Qué síntomas genera?
La gran mayoría de pacientes infectados por el Helicobacter Pylori no tiene síntomas ni desarrollará nunca problemas. Cuando genera sintomatología, puede producir:
- dolor en la zona alta del abdomen
- sensación de distensión abdominal
- nauseas o vómitos
- falta de apetito
- plenitud tras las comidas
- eructos
- ulceraciones gástricas, que pueden producir anemia, fatiga y heces oscuras.
Incluso, la gastritis crónica asociada a su infección puede conducir al desarrollo de determinados tipos de cáncer, aunque es muy infrecuente.
¿Cómo se diagnostica?
Existen diferentes formas de diagnosticar la infección por H. Pylori:
- test del aliento: también denominado test de la ureasa. Es la prueba más utilizada. Consiste en la ingesta de una bebida que contiene urea, una sustancia que es convertida por el Helicobacter Pylori a dióxido de carbono. Este gas puede detectarse posteriormente en el aliento.
- serologías: a través de análisis de sangre.
- detección de proteínas de H. Pylori en heces.
- por gastroscopia, a través de la toma directa de biopsias.
¿Necesito hacerme una prueba para saber si estoy infectado?
Como regla general, si no existe sintomatología sospechosa de infección por Helicobacter Pylori, no es necesario solicitar prueba diagnóstica alguna. Solamente intentaremos el diagnóstico en pacientes con sintomatología compatible o historia familiar de infección.
¿Todos los pacientes diagnosticados necesitan tratamiento?
Cuando existe sintomatología asociada al Helicobacter, y un test positivo, se recomienda su tratamiento.
Aquellas personas con historia previa o actual de úlceras gástrica o duodenal necesitan tratamiento erradicador del Helicobacter Pylori. Esto ayuda a la cicatrización de las úlceras y disminuye las posibilidades de nueva aparición en un futuro.
Algunas guías clínicas, como las americanas, recomiendan el diagnóstico de Helicobacter Pylori en pacientes con toma crónica de antiinflamatorios (aspirina, ibuprofeno, naproxeno…), y su posterior tratamiento en caso de existir infección.
¿Qué tratamiento es el mejor?
Existen diferentes líneas de tratamiento en la actualidad. La mayor parte de ellos consisten en la asociación de dos o tres antibióticos a un protector gástrico (omeprazol, esomeprazol…). La duración del tratamiento es de 14 días.
¿Y qué pasa tras el tratamiento?
Habitualmente se necesita una nueva prueba diagnóstica para confirmar la erradicación total de la bacteria. Si siguiese existiendo infección, se necesitará otra pauta de medicación (con tratamiento diferente al previo).
En caso de no conseguir eliminar por dos ocasiones el Helicobacter Pylori, se aconseja biopsia por gastroscopia y realización de antibiograma. De esta última forma sabremos cuáles son los antibióticos más indicados para la erradicación definitiva de esta bacteria.
Gracias por leernos.
** No obstante, es siempre recomendable consultar con tu especialista. Si tienes alguna consulta, podemos ayudarte aquí.